REVISTA PERUANA DE DERECHO INTERNACIONAL

ISSN: 0035-0370 / ISSN-e: 2663-0222

Tomo LXXII. Mayo-Agosto 2022, N° 171, pp. 97-114.

Recepción: 09/05/2022. Aceptación: 05/07/2022.

DOI: https://doi.org/10.38180/rpdi.v0i0.301

ARTÍCULOS

La independencia del Perú por la ruta del mar

The independence of Peru along the sea route.

Fernando GRAU Umlauff  (*)

(*) Contralmirante en situación de retiro. Se graduó como Alférez de Fragata en el año de 1960. Ha seguido cursos de calificación, Estado Mayor y en el CAEM así también en Estados Unidos, Italia y Panamá. El curdo del PAD en la Universidad de Piura. Ha sido miembro de la comisión e inspección de la primera fragata misilera que se adquirió en Italia, siendo posteriormente Segundo Comandante y Comandante. Fue Subdirector y Director de ENP. Comandante de la Fuerzas Naval de Superficie. Presidente de la BSFI. Miembro de número en el Instituto de Estudios Marítimos  ́. Centro de estudios Históricos Militares, Centro de Estudios Aereo Espaciales, así como de otras instituciones. Ostenta diversa condecoraciones nacionales y extranjera. También se desempeñó como Agregado Naval en Italia.

Con el presente artículo, el autor formaliza su incorporación como Miembro Asociado, conforme a lo dispuesto por el Consejo Directivo de la Sociedad Peruana de Derecho Internacional, mediante Acta del 13 de diciembre de 2018.

RESUMEN

Luego de lograr su independencia las Provincias Unidas en Sur América, tenían claro que la gran amenaza a su fragilidad republicana vendría del mar. Así también, que, la independencia de América del Sur no sería factible si no se independizaba de España el Virreinato del Perú. Entendía que el curso de acción para poder vencer al poder español en el Perú a través del Alto Perú lo llevaría al fracaso y que por el mar era el camino para lograr la independencia. Es decir, el control del mar en el pacífico meridional. Empresa que se ve culminada, primero con el desembarco en Paracas donde arriban el 7 de septiembre y luego con la proclama de la Independencia del Perú el 28 de julio de 1821.

Palabras clave: Independencia, Director Supremo, Virrey, Control del Mar. Litoral Incursión naval, Naves, Protector. Buenos Aires, Santiago de Chile

ABSTRACT

After the united provinces located in South America reached independence, it was clear that the biggest threat for their republic would come from the sea. Moreover, South America' s independence would not be possible without the viceroyship of Peru becoming independent from Spain's rule. It was understood that defeating the Spanish rule through the highlands of Peru would mean failure and doing it along the sea was the way to achieve independence. This meant the control of the sea located in the southern part of the Pacific Ocean. The job was concluded, first with the landing in Paracas on the 7th of September and then with the proclamation of independence of Perú the 28th of July in 1821.

Keywords: Independence, Supreme Director, Viceroy, Sea Control, Coast, Naval Incursion, Ships,,Protector, Buenos Aires, Santiago de Chile

1.         Introducción.

La emancipación del Perú fue un proceso, ligado al de América Hispánica, de ideas y acciones, de un cambio de sistema de gobierno colonial, a otro concebido, por personajes que impulsaron las nuevas estructuras del estado, que se inició, e 1770 con la gesta de Tupac Amaru II, contribuyendo a la misma, personajes como Francisco de Zela, Mateo Pumacahua, los Hermanos Angulo, Faustino Sánchez Carrión, Francisco Javier Mariátegui, entre tantos otros personajes. Los ideólogos y precursores, entendían que solos no lo podían lograr. En el Virreinato del Perú se concentraba, el mayor poder político y militar en América del Sur. Por lo que necesitaban una fuerza capaz de derrotar a los ejércitos realistas para llevar a cabo sus ideales.

Así también lo concibieron en el gobierno de Buenos Aires que mientras el Perú fuera un Virreinato español, no se lograría la Independencia en la América Meridional. Después de fracasar los intentos de llegar al Perú, por el Alto Perú don José de San Martín y Matorras, comprendió que el único camino para lograrlo era por el mar, e inicia con don Bernardo O’Higgins, a concebir, esta magna tarea.

2.         Incursión naval litoral peruano, por naves patriotas

Luego de lograr su independencia las Provincias Unidas en Sur América, tenían claro que la gran amenaza a su fragilidad republicana vendría del mar. más aún si se tenía en cuenta que el comercio entre España y América se hacía a través de los puertos de Montevideo, Buenos Aires y del Cabo de hornos a la América Occidental, donde los españoles mantenían el control sobre el Perú que no había logrado su independencia y que Chile estaba luchando por la misma.

El secretario de Guerra en Buenos Aires dispuso la continuación de las hostilidades contra los españoles, perturbando su comercio marítimo por medio de corsarios por lo que estableció las obligaciones y reglas a seguir.

Concedió la patente de corso a los que pudieran armar un buque contra los españoles, dándoles todas las facilidades del caso, quedando las dotaciones, aun siendo extranjeros bajo la protección del estado, gozando de los privilegios de todo ciudadano americano, mientras permaneciera realizando esta actividad.

El reglamento, en forma provisional, de corso fue aplicado en nuestras costas cuando en el año 1816, Comodoro Guillermo Brown vino de Buenos Aires con sus naves con objetivos claros, entre estos, el apoyo para lograr la independencia de Chile y apoyar la gestación de la misma en el Perú. Desde Chile a Guayaquil enfrentó en combates a naves españolas, haciéndolas presa, en el litoral, en los puertos bombardeó fortificaciones, y aprovechaba para reabastecerse encontró impregnado el espíritu de insurrección, pudiendo reclutar sin dificultad marineros y soldados, dejando claro el valor estratégico de las acciones marítimas para las futuras acciones en beneficio de la Independencia del Perú.

El 18 de enero de 1814, el coronel de Granaderos Don José de San Martin es nombrado como General en Jefe del ejército auxiliar del Perú por el Director de las Provincias Unidas del Rio de La plata, en remplazo del Brigadier Manuel Belgrano.

Entendía que el curso de acción para poder vencer al poder español en el Perú a través del Alto Perú lo llevaría al fracaso y que por el mar era el camino para lograr la independencia, como lo manifiesta en la carta de respuesta que le escribe desde Tucumán a su amigo Nicolás Rodriguez ´

“No se felicite con anticipación de lo que yo pueda hacer en ésta; no haré nada y  nada me gusta aquí. La patria no hará nada por este camino del norte que no sea una guerra defensiva nada más; para esto bastan los valientes gauchos de Salta con dos escuadrones de buenos veteranos. Pensar en otra cosa es pensar enechar al pozo de Ayron hombres y dinero. Ya le he dicho a Ud. Mi secreto. Un ejército pequeño y bien disciplinado en Mendoza para pasar a Chile y acabar allí con los godos, apoyando un gobierno de amigos sólidos para concluir también con la anarquía que reina. Aliando las fuerzas pasaremos por el mar a tomar Lima: ese es el camino y no éste. Sé, que no estemos en Lima la guerra no acabará”1

3.         Concepción de una escuadra Libertadora para llegar al Perú.

Después de la derrota de los chilenos en Rancagua, en octubre de 1814 en la lucha para afianzar su independencia, Bernardo O’Higgins Director Supremo de Chile, va en busca de San Martín, que se encontraba en Mendoza, esta reunión de casi dos años fue un periodo de meditación y preparación para la liberación definitiva de Chile y concebir la independencia del Perú, luego de vencer las idificultades de una empresa de la magnitud como esta. Al encontrarse listos, inician el paso de los Andes, venciendo en Chacabuco y Maipú.

En Chacabuco (feb 1817) se desarticuló el poder realista en Chile, días después de esta trascendental batalla, le ofrecieron a San Martin la Dirección suprema del país. Él, que con su certera visión de la realidad y su profundo conocimiento de la naturaleza humana rehúso el cargo, debido a que su vida política estaba determinada por el desinterés del poder que no contribuyera a su objetivo supremo que era la independencia de América, reservándose la dirección militar de la futura campaña independista en el Perú.

Después de Chacabuco, San Martín renuncia a todo mando político. Abandona Santiago de Chile y, vía Mendoza, llega a Buenos Aires durante los primeros días de abril de 1817 con la intención de reunirse con el Director Supremo de las Provincias del Rio de La Plata Juan Martin Purreydon. El objetivo que tenía era expresarle su trascendente idea de crear una escuadra chilena que permita llevar a cabo la liberación del Perú2

Como resultado de estas conversaciones viajó a Estados Unidos Manuel H. Aguirre, con las credenciales y las instrucciones para adquirir, en los astilleros de ese país, dos fragatas, armarlas y contratar las dotaciones. Esas unidades navales servirían en la marina de Chile, conforme lo habían conversado con anterioridad con Bernardo O´ Higgins. 3

En su mensaje al Presidente Adams, San Martin expreso “Para estos objetos el Director Supremo de Chile ha considerado como principal la adquisición en esos Estados, de una escuadrilla con destino al mar Pacifico que, unida a las fuerzas que habrán que prepararse en el Río de la Plata, concurra a sostenerlas ulteriores operaciones militares del ejército de mi mando en el continente meridional”4

Durante el tiempo que el Libertador permaneció en Argentina, a pesar de los problemas políticos y económicos de las Provincias Unidas, compromete al gobierno en apoyar la consolidación de la independencia chilena y armar una flota para llevar a cabo la emancipación del Perú.

De regreso a Chile, en las reuniones que tuvo en Santiago, se determinó que era indispensable enviar un emisario a Inglaterra, responsabilidad que recayó, en el Mayor Alvarez Condarco. ingeniero del ejército de los Andes y miembro del estado mayor.

En Londres adquirió la fragata “Cumberland” que se incorporó a la flota en 1818. Contactó con Lord Cochrane que se encontraba alejado del servicio activo, por haber caído en desgracia ante el gobierno de su majestad británica, para hacerse cargo de la escuadra libertadora. En una misiva a San Martin se expresaba así “no es menos interesante la adquisición de Lord Cochrane, este sujeto es preciso conocerlo para saberlo apreciar, a la cabeza de la marina de ese país será el terror de los españoles, y el respeto de todos”.5

Ambas comisiones tuvieron que vencer los problemas económicos y otras dificultades para lograr sus objetivos por la interferencia permanentes de los consulados españoles, franceses y portugueses. De hecho, ante los fracasos de intento de rebelión en el Perú, los próceres y patriotas en Lima solicitarán incansablemente el apoyo de los ejércitos en el sur, para luchar contra el ejército español. La impaciencia, los llevó a formular y desarrollar planes de insurrección condenados a fracasar, por falta de una adecuada organización y de los medios económicos y materiales.

Durante este periodo se mantuvo una vasta comunicación entre Lima y Santiago, se les informaba de los preparativos en el Perú para lograr tan anhelada independencia, los preparativos españoles para evitarla, cursos de acción que podría tomarse basados en datos estratégicos, contribución económica a la causa, así como la información de otra índole; incluso, el libertador y sus colaboradores enviaron misivas y proclamas.

En una de estas, San Martin expresaba que “Los anales del mundo no recuerdan revolución más santa en su fin, ni más necesaria los hombres, ni más augusta por la reunión de las tantas voluntades”. A a su vez, el director O’Higgins se dirigía los patriotas en estos términos “Solo aspiramos verlos libres y felices. Vosotros formareis vuestro gobierno, eligiendo la forma que más se acomode a vuestras costumbres, a vuestra situación, a vuestra situación e inclinaciones; seréis vuestros propios legisladores”.

4.  Organización de la escuadra Libertadora

Fue crucial el momento para enfrentar las dificultades de poner en ejecución el plan meditado largamente en Mendoza: organizar una escuadra que dominase el Pacifico Sur, la que permitiría asegurar la independencia de Chile y así como el éxito de la expedición libertadora al Perú; para lo cual era indispensable el control del mar. Por ello, es que se atribuye a O’Higgins la siguiente frase luego de la victoria de Chacabuco “Este triunfo y cien más se harán insignificantes si no dominamos el mar”.

Fue crucial el momento de para enfrentar las dificultades depara poner en ejecución el plan meditado largamente en Mendoza al Perú, para, organizar una escuadra que dominase el Pacifico Sur, la que permitiría asegurar la independencia de Chile, así como el éxito de la expedición libertadora al Perú. Para lo cual era indispensable el control del mar. Por ello, es que los directores de esta magna empresa, a mediados de diciembre de 1817 , San Martín, después analizar la situación política y militar con O’Higgins en Santiago de Chile., decide escribir al Director de las Provincias Unidas para manifestarle “la necesidad de contar con fuerzas naval para estos mares,….. que sin ese auxilio son estériles. Por mucho que sea la preponderancia qué queramos suponer en nuestros esfuerzos contra el Virreinato de Lima …la marina que se apronta para el mar Pacifico, con respecto a los enemigos, una confianza imprudente podría comprometer el suceso” Le informa también, sobre el estado de alistamiento de la fuerza naval enemiga y de sus requerimientos navales mínimos para enfrentarla, le expresa asi mismo que……”no dominando el mar es inútil pensar en avanzar una línea fuera de este territorio y por el contrario es preciso prepararse a una guerra dilatada que debemos evitar para no acabar de aniquilar a Chile”.6

El primer buque de la escuadra, lo consiguen al ser capturado por las autoridades del puerto de Valparaíso., el bergantín español “Águila” y fue cuando fondeo, ignorando la derrota realista en Chacabuco, el mismo fue armado y rebautizado con el nombre de “Pueyrredón”.

El director supremo O’Higgins, después de analizar los requerimientos para poner en marcha la expedición libertadora al Perú, puso a disposición de San Martín las confiscaciones de bienes y erogaciones, así como los dineros encontrados en las reparticiones realistas encontradas en Santiago, para la construcción de buques.

El Virrey Pezuela mantenía bloqueada la costa chilena aprovechando su superioridad en el mar, que lo anima a organizar una expedición militar, que zarpó del Callao el 1° de febrero de 1818 a órdenes del general Osorio, con el fin de auxiliar al general realista Ordoñez que se mantenía sitiado en Talcahuano y de tener éxito iniciar la reconquista de Chile.

San Martín, iniciado los preparativos para la formación de la escuadra libertadora, previó el movimiento estratégico realista de atraer hacia el sur al ejército patriota. Es por ello que en las instrucciones que le envía a O’Higgins, que se encontraba al mando de las fuerzas en el sur, le recomienda que se repliegue hacia la capital para encontrarse con las tropas que él comandaba.

El 5 de abril de 1818 tuvo lugar la batalla de Maipú dónde derrotaron al ejército español, asegurando la independencia de Chile. El general Osorio regresó al Perú.

La flota patriota se ve incrementada con la llegada de las nuevas unidades “Lautaro”, “San Martín”, “Araucano” y “Chacabuco”, buques adquiridos por las misiones enviadas a Estados Unidos y Europa.

La fuerza naval española, solicitada por el Virrey, zarpó el 21 de mayo de ese año, del puerto de Cádiz. Estaba integrada por once unidades de transporte, escoltados por la fragata “Reina María Isabel”. Después de un agitado viaje fueron interceptados por las fuerzas navales patriotas al mando del Capitán de Navío Blanco Encalada. Como resultado de las acciones capturaron, varios transportes, entre estos “Perla”, “San Miguel”, “Dolores”, “Magdalena”, “Rosalía” […]” . La fragata escolta fue rebautizada con el nombre de “O’Higgins”. En los días subsiguientes se incrementó la flota patriota con la compra de los bergantines “Intrépido” y “Lucy”, este último de propiedad del ex oficial de la marina inglesa Martín Jorge Guise, a quien por su experiencia se le dio el comando de la “Lautaro”.

En junio, la fuerza naval realista compuesta por las fragatas “Esmeralda”, “Venganza”, “Cleopatra”, “Resolución” “Prueba”, y las corbetas, “Veloz” y “Presidente”, los bergantines “Pezuela” y “Portillo”, el pailebote “Aránzazu”, más algunos transportes artillados -. considerada la más grande tenida alguna vez por el rey de España, en estos mares-, se preparaba, para una nueva expedición a Chile para evitar la gestación de la expedición libertadora. El Virrey tenía muy en claro que el destino del virreinato se resolvería en el mar.

En el mes de julio, continuando con el planeamiento de la expedición libertadora, San Martín, en carta dirigida a Buenos Aires, prevé que la expedición marítima al Perú debería contar entre 4 mil a 6 mil, hombres, pidiendo que inicien los aprestos lo antes posible para no dilatar la expedición y llegar al Perú antes que cualquier fuerza española.

El 25 de noviembre de 1818, José Ignacio Centeno, Ministro de Guerra, le hace conocer al Libertador, Jefe de los Ejércitos Unidos, que el Senado de Chile considera “inevitable” la expedición al Perú y que le pase los presupuestos de los gastos y especies que sean necesarios, así como el número de tropas que sean requeridas (Elías Murguía, 1971)

Afines de dicho mes, Lord Alexander Tomas Cochrane, llegó a Valparaíso nombrándosele comandante en jefe de las Fuerzas Navales de Chile. El Senado le confirió el grado de Vicealmirante, para darle libertad de acción en su ámbito; izando su insignia el 23 de diciembre en la “O’Higgins”.

Antes de la llegada de Cochrane, la escuadra estaba al mando Manuel Blanco Encalada - (argentino que había servido de Guardia Marina a Alférez de Navío en la armada española) - la integraban el “San Martin”, la “Independencia”, “la Chacabuco”, el “Araucano”, el “Galvarino”, la “Lautaro” y la “O’Higgins” (Miller 1910, Cap. VIII).

5.         Primera campaña naval sobre el litoral peruano.

Para la primera campaña naval sobre el litoral peruano se formaron dos divisiones, la primera comandada por Cochrane y la segunda por Blanco Encalada. -  El 14 de enero de 1819, zarpó de Valparaíso con destino al Callao.,

Las instrucciones del gobierno era destruir los buques españoles que se encontraban en, en el puerto, bloquear los puertos principales y procurar disponer a los peruanos a secundar los esfuerzos de liberación.

Está primera expedición al Perú, , estaban los buques “San Martin”, “O´Higgins”, “Lautaro” y “Chacabuco”. Cabe resaltar que venían en esta expedición, como comandante de buque Martín. J. Guise y la guardia marina peruano Manuel Villar Olivera.7,

Habituados a la guerra de corso, las naves cambiaban sus nombres y bandera con las de unidades estadounidenses que normalmente operaban frente a las costas peruanas, el objetivo era apresar a las fragatas “Esmeralda” y “Venganza” “ que se encontraban fondeadas en el Callao, la fecha prevista era la de los carnavales , aprovechando, que las dotaciones estarían de permiso, según las costumbres de la época. , sin embargo, las condiciones meteorológicas, normales en esa época del año en la costa, no les permitió actuar de acuerdo a lo planeado . Aprovecharon la situación para tomar por asalto la isla San Lorenzo, donde armaron brulotes, para quemar los buques españoles fondeados en la rada del puerto del Callao.

El 3 de marzo, Cochrane, envía un parlamentario, para comunicarle al Virrey, que iniciaban el bloqueo del Callao y el canje de prisioneros, el mismo que no fue aceptado. El bloqueo se hizo efectivo hasta el día 22 que se hacen a la vela, para incursionar sobre el puerto Callao. la neblina reinante, ese día, le impidió acercarse lo suficiente a tierra. Al ser descubiertos, fueron repelidos con el fuego de las baterías del Real Felipe y otras emplazadas en tierra.

El 27 abandonan el Callao por falta de provisiones y agua, que los obliga a dirigirse a Huacho, donde la segunda división, formadas por el “Purreydon” y el “Galvarino” al mando de Capitán de Navío Bonaerense Blanco encalada, efectúa el rendezvous con la flota, siendo destacada al Callao para continuar con el bloqueo. Cochrane en rumba al norte hasta Paita, efectuando bombardeos, saqueo y hostilizando a los realistas; permaneció hasta el 7 de junio en que regresa a Valparaíso. Durante sus correrías en la costa peruana, recibió permanente apoyo de parte de la población.

6.         Segunda campaña naval sobre el litoral peruano.

Mas de tres meses le llevo a Cochrane, preparar una nueva expedición al Perú, con el objetivo de neutralizar a la escuadra enemiga, para tener el control del marque permitiera el desplazamiento seguro a la expedición libertadora. El 19 de agosto se cerró el puerto de Valparaíso para impedir que los barcos neutrales llevasen noticias al Perú de los preparativos de la escuadra8

En setiembre, Cochrane, al tener conocimiento que las fuerzas realistas serían reforzadas con dos Navíos de línea y una fragata, que habían zarpado de España, inicia su segunda expedición, al Callao al mando de nueve buques con el plan estratégico de incendiar, las naves españolas que se encontraban fondeadas, empleando como principal arma, brulotes y cohetes a la Congreve.

Tanta era la confianza de Cochrane, que le escribió al director Bernardo O’Higgins que haría arder las naves españolas en el Callao, y que recibiría el parte de destrucción antes del 15 de octubre (Miller, 1910, Cap. IX).

A su arribo el día 30, el almirante envío una carta al Virrey “desafiándolo a enviar fuera de puerto a los buques que quisiera para efectuar un enfrentamiento individual entre buques y de cañón a cañón”. Como dice Miller en sus memorias “Está propuesta de dudosa realidad en los usos de la guerra recibió una lacónica negativa como debía esperarse; y la medida también inútil de enviar un cohete en el bote para enseñarlo a los realistas, produjo una indiferente impresión de lo que esperaban” (Miller, 1910, Cap. X).

Las acciones concebidas con tanta esperanza por el comandante de la flota no consiguieron los objetivos deseados. Tanto es que el Virrey de la Pezuela, escribiera “El honor de nuestra marina sobresalió en siete ataques consecutivos y desapareció aquel (Cochrane) del puerto, dejándolo tan ileso como antes de presentarse en el Callao”.

Considerando el Almirante que no era posible destruir los buques españoles en el Callao sin arriesgar demasiado, se dirigió rumbo a Arica para interceptar a la fuerza española que había zarpado de Cádiz. En el ínterin, encargó a Guise entrar a Pisco para reabastecerse y hostigar a las fuerzas realistas en la zona y recabar información. Procede a Guayaquil al tener conocimiento que la fragata española “Prueba” se encontraba en ese puerto, donde apresa además el “Angula” y la “Begoña”. Después de hacer provisiones y tomar agua, enrumba a Chile.

Cochrane tomó conocimiento que de la fuerza española enviada desde la península, el navío “Alejandro” había retornado a España para reparar averías, el “San Telmo” había naufragado en el cabo de Hornos, y solo estaba en el pacífico la fragata “Prueba”.

En la primera y segunda expedición, de la flota libertadora al Perú, hubo sendas proclamas y mensajes de los directores del ejército libertador al pueblo peruano. También se caracterizaron por recibir correspondencia de los precursores peruanos, el apoyo logístico a las naves y obtención de información de inteligencia valiosa; lo que fue muy importante porque contribuyó al éxito de las operaciones navales de la expedición libertadora.

Cochrane sabía que sus enemigos en Chile clamarían contra él si volvía sin haber obtenido un logro positivo (Miller, 1910, Cap. XI). Es por ello que concibió la toma de la plaza de Valdivia, que llevó a cabo los primeros días de febrero de 1820. Este fuerte era uno de los centros de recursos de los españoles en el sur y el puerto más seguro que tenían los realistas, logrando capturarla. Esto constituyó un fuerte golpe a las tropas que aún permanecían en Chile, permitiendo al General San Martí enfocar toda su atención a la liberación del Perú.

De esta acción, Lord Cochrane consignó en sus memorias que “el ministro Zenteno, cuyas órdenes, yo había fallado, dijo que la conquista de Valdivia era ¡el acto de un loco! Que merecía haber perdido la vida en el atentado, y que ahora debía perder mi cabeza por atreverme a atacar semejante plaza sin instrucciones y haber expuesto las tropas patriotas a semejante riesgos” (Valdizán, 1980, Cap. XIII).

El Virrey Joaquín de la Pezuela, al saber del zarpe eminente de la escuadra libertadora, refuerza los puertos y ejecuta una serie de planes para reagrupar las tropas realistas del sur de Chile, del Alto Perú, así como de otros lugares, También le escribe al rey sobre la crítica situación que estaban pasando y que ningún americano quería sumarse a las fuerzas realistas. Así también le informaba que los mismos españoles no tenían resolución de pelear por la causa”, informaba también “que los últimos refuerzos enviados de la península ibérica no habían llegado a su destino

Según las Memorias de Miller “la escuadra chilena se hallaba dividida y agitada por el choque de los partidarios de Cochrane y Guise”. (Miller, 1910, Cap. XII). Estos dieron lugar a etiquetas en puntos de poca importancia, pero llevadas a un extremo pero que perjudicaron infinito el servicio. O´Higgins nombró a San Martin como jefe militar y político de la expedición y a Cochrane lo limitó al mando de la escuadra, pero subordinado al Libertador.

La organización de la expedición, desde su concepción hasta la ejecución, fue una tarea de titanes, por el conjunto de dificultades económicas, técnicas, logísticas, disciplinarias y sobre todo la búsqueda de soldados y dotaciones de los buques. Vale recordar que el elemento humano de la misma tenía procedencias y motivaciones diferentes, unos con ideas libertarias, otros con afanes de aventura o económicos

Las relaciones personales entre San Martín y Cochrane quienes junto con Bernardo O´Higgins, eran los ideólogos y estrategas de esta empresa, era de discordia por el temperamento del marino inglés. Se temía que pusiera en peligro la expedición por lo que el director O´Higgins, en las instrucciones que da, precisa “que desde el momento del zarpe de Valparaíso, conducirá la fuerza naval de acuerdo a las instrucciones del general José de San Martín, recalcándole el punto de desembarco, así como las operaciones posteriores, también le comunica al almirante, “que en ningún momento podrá obrar sin autorización, manteniendo la línea de conducta de la escuadra que le tracen” y a San Martín le recalca que es el único jefe de la escuadra, y que en caso de incumplimiento de las ordenes (por parte de Cochrane) lo releve con el Capitán de Navío Martín Guise.9

7.         Zarpe de la expedición libertadora al Perú

El día del zarpe de la expedición libertadora, fue fijado para el 20 de agosto de 1820. Zarpó de Valparaíso con ocho buques de guerra, 11 cañoneras y 18 transportes.

El director O´Higgins10 fue a despedirse a bordo del general San Martín. Le entregó su mensaje de profundas convicciones a los patriotas peruanos así expresados en sendas proclamas.

El puerto de desembarco fue acordado por San Martin durante el viaje, pensó en un puerto de Trujillo, lo que según el Almirante originaría descontento entre las tropas que querían llegar pronto a Lima, por lo que se decide el desembarco, en Pisco.

En el viaje a aguas peruanas, recalaron en Coquimbo para incorporar al “Araucano”, dirigiéndose luego a la Isla San Gallan (Pisco) en el cual recalan, se reagrupan y enrumban a Paracas, arribando el 7 de septiembre, terminando el desembarco el 12, sin hallar la menor resistencia. Allí, el general Arenales inicia su incursión a la sierra para continuar con su campaña independista, dando inicio, así, en territorio peruano, a la larga guerra de la emancipación del Perú, que concluyó en las batallas de Junín y Ayacucho, en 1824 y con la rendición de Rodil en el Callao, el 23 de enero de 1826.

La Expedición Libertadora permaneció en Paracas cincuenta días, durante los cuales decidieron zarpar rumbo al primer puerto del virreinato. Con las naves reabastecidas, y actualizados los planes estratégicos, se dan a la vela con rumbo al Callao, donde arriban con la finalidad de hacer una demostración del poderío con que contaba la flota libertadora.

San Martín continúa hacia Ancón con tres unidades de la escuadra para desembarcar las tropas.

El resto de la escuadra permaneció bloqueando el Callao. El 5 de noviembre, en una acción de arrojo, en botes al mando de Lord Cochrane y Guise, se captura a la fragata “Esmeralda”. Cochrane había arengado a sus subordinados diciéndoles “Soldados de marina y marineros, esta noche vamos a dar un golpe mortal al enemigo y mañana delante de Callao; todos vuestros camaradas envidiarán vuestra suerte. Una hora de coraje es todo cuanto se requiere de Uds.” (Miller, 1910, Cap. XIII).

La fragata realista “Esmeralda” se encontraba en el puerto lista para hacerse a la mar. Esta captura inclinó la balanza a la flota patriota. Luego de capturarla le cambian el nombre a “Valdivia”-. A partir de este acontecimiento, las unidades de la flota operan indistintamente, en forma prioritaria, entre Pisco y Huacho, intercediendo el tráfico marítimo, transportando tropas que desembarcan en territorio peruano e interrumpiendo las comunicaciones marítimas entre los realistas y efectuando incursiones en los puertos donde se encontraban las tropas españolas.

Una semana después la escuadra volvió a bloquear el Callao, para producir un efecto psicológico en la población e impedir la llegada de refuerzos y de reabastecimientos, ya que por el norte lo evitaban las fuerzas de la expedición terrestre.

Al año siguiente, el pailebot correo al servicio de la administración realista “Sacramento” pudo romper el bloqueo del Callao, zarpó el 10 de marzo, rumbo a Piura. El día 17 del mismo mes fue tomada por los hermanos Victoriano y Andres Cárcamo 11 y siete tripulantes, procediendo al puerto de Paita.

Fue rebautizada con el nombre de “Castelli” –aunque en el entorno naval se le siguió llamando “Sacramento”-. Fue el primer buque que izó el pabellón peruano creado por el Libertador. Luego de la proclamación de la independencia, fue comandado por el marino inglés Wickham, poco después al norte de Huacho captura a la goleta “Macedonia” armada con 8 cañones. Es el segundo buque que marca, los primeros pasos de la naciente escuadra peruana.

El “San Martín”, con la insignia del Almirante zarpó con rumbo al sur, el 13 de mayo, procediendo a patrullar, entre Mollendo y Arica con el objeto de interceptar las comunicaciones con la capital y efectuar e operaciones de corso, para evitar que los bienes españoles fuesen trasladados fuera del país, Las tropas al mando de Miller desembarcaron en Sama, incursionando las caletas donde se apropió de las pertenencias de los residentes españoles, que luego embarcó en la fragata (Miller, 1910, Cap. XIV) , levaron anclas con rumbo al Callao.

El “San Martin” procedió al puerto de Chorrillos, a desembarcar el trigo, que habían tomado en Mollendo. Es así que, mientras se encontraban efectuando las maniobra el buque se varó, perdiendo todos los efectos de presa obtenidos en el viaje al sur. El comandante de la nave responsabilizó de la perdida a Cochrane, quien tomó el comando del buque sin corresponderle, y dirigió las maniobras desde el castillo del buque.

El 24 de julio, mientras se realizaba el bloqueo del Callao, en una maniobra audaz, entraron al puerto aprensado a los buques “San “Fernando” y “Milagros” (que rebautizaron como “Monteagudo” y “Resolución”. y lanchas que fueron sacados del puerto.

San Martin proclamó la independencia del Perú; mediante decreto asumió el mando político militar de los Departamentos Libres del Perú. con el título de Protector, nombrando como secretario del despacho para el portafolio de Guerra y Marina a Bernardo Monteagudo. En el documento oficial de su nombramiento establecía que formulase los reglamentos necesarios para una mejor administración,

8.             CONCLUSION.

El esfuerzo que significó la preparación de la Expedición Libertadora reunió los elementos que se conjugaron para alcanzar el objetivo planteado: llevar al ejército libertador, por el mar, a tierras peruanas. Los protagonistas el financiamiento, las unidades navales de combate y trasporte, así como la logística y experiencias plasmadas en órdenes de operaciones y demás evidencian la amplia participación de actores de diversas nacionalidades involucrados, constituyendo una empresa con objetivos internacionales.

9.         BIBLIOGRAFIA

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Benemérita Sociedad Fundadores de la Independencia, Vencedores del 2 de mayo de 1866 y Defensores Calificados de la Patria (1957). Revista del Primer Centenario de la Benemérita Sociedad Fundadores de la Independencia, Vencedores del 2 de mayo de 1866 y Defensores Calificados de la Patria.

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Valdizán Gamio, José (1980). Historia Naval del Perú. tomo II. Lima: Dirección General de Intereses Marítimos.

10.          PIE DE PÁGINA

1 C, Schiaffino Ch O. La visionaria estrategia de San Martin para liberar al Perú Revista de Marina 3 1989

2 J . Otero San Martin y O´Higgins la formación de la escuadra libertadora y el ejército de los andes. Revista del instituto San Martiniano

3 Ibidem

4 Ibidem

5 Ibidem

6 La influencia de la Escuadra Libertadora en la creación de la Marina del Perú. C.Alm Fernando Grau

7 Miller, John [1829] (1910). Memorias del General Guillermo Miller al servicio de la República del Perú, traducidas al castellano por el General Torrijos. Tomo I. Madrid: Librería General de Victoriano Suárez. Consultado de la Biblioteca Virtual de Patrimonio Bibliográfico de la Secretaría de Estado y Cultura del

8 Ibidem

9 Ibidem.

10 Ibidem

11 Nacidos en Paita, Andrés, Carpintero y Victoriano contramaestre. Tomaron el pailebot para la causa patriota, hecho que tuvo lugar una semana después del zarpe del Callao.