PLENARY ROUND TABLE:
INTERNATIONAL LAW, DEMOCRACY
AND GOVERNANCE
Esta mesa
fue organizada por la Sociedad Peruana de Derecho Internacional, donde el tema
central fue la vinculación entre el derecho internacional, la democracia y la gobernabilidad.
Participaron en esta sesión el Dr. Óscar Schiappa-Pietra Cubas, quien fue el
encargado de presidir la moderación; Ana Salinas de Frías, juez ad hoc de la
Corte Europea de Derechos Humanos; la Dra. Aiko NAKAI, profesora asociada de la
Universidad Metropolitana de Osaka; el Dr. Pablo Martín Rodríguez, abordando el
tema del Estado de Derecho en Europa; el Dr. Shinji SAWADA de la Academia
Nacional de Defensa de Japón; y la Dra. Isabel Recavarren Malpartida con las
palabras y comentarios finales.
La sesión
tuvo inicio con la presentación del Dr. Schiappa-Pietra, quien puso en contexto
acerca de la crisis global que viene aconteciendo hacia los regímenes
democráticos. Esto principalmente debido a la fragmentación y polarización
política, que suponen desafíos a la democracia y afectan la gobernabilidad de
cada país. Alrededor del mundo se presentan desafíos particulares tales como un
mayor aumento de los extremismos, tendencias autoritarias en los candidatos a
ocupar cargos públicos, crisis sanitarias, conflictos armados, entre otros
acontecimientos que debe enfrentar la sociedad mundial. Esta mesa permitió
reflexionar sobre aquello que debe reforzarse para el mantenimiento de las
instituciones democráticas y reforzar la confianza de la población en el
derecho internacional y el régimen.
Dicho esto,
se prosiguió con el primer tópico, donde se abordó la relación entre la
democracia y el derecho internacional, haciendo énfasis en el Estado de
Derecho. Como se sabe, el derecho internacional se dedica al establecimiento de
una matriz jurídica que regule la coexistencia entre la comunidad de Estados,
garantizando un orden y justicia. El estado de derecho, por su parte, se ubica
como el cimiento bajo la cual una sociedad se organiza, respetando el ordenamiento
jurídico interno, el cual pasa a regular cada aspecto de esta. Llama la
atención como ciertos regímenes no democráticos, por el hecho de obedecer
normas jurídicas, quieren asemejarse a un estado de derecho. En este caso, es
en las mismas normas jurídicas donde uno se debe fijar para determinar si se
han cumplido a cabalidad las prácticas democráticas.
En este
sentido, el panorama actual de la democracia y la gobernanza, se encuentra cada
vez en mayores aprietos. Luego de haber superado la etapa más crítica de una
pandemia sanitaria, la sociedad internacional se ve inmersa en un conflicto
armado que no tiene implicancias solamente entre los dos Estados que se
enfrentan, sino que las consecuencias, principalmente socio-económicas, se
expanden incluso hacía otros que no están involucrados directamente, lo que
provoca un mayor nivel de inestabilidad, una crisis global alimentaria y un
aumento en las desigualdades entre los países más pobres.
Además, el
aumento de la polarización entre los países conlleva a un debilitamiento en el
multilateralismo, del orden jurídico internacional y justamente del derecho
internacional, teniendo incidencia negativa en los derechos humanos.
Remitiéndose a las cifras obtenidas por Naciones Unidas al 2021, el nivel de
democracia que una persona podía disfrutar, se había reducido a niveles
similares al contexto de la tercera ola democratizadora señalada por Huntington
(1989). Esto lleva a concluir que los logros que ha ido obteniendo la
democracia en los últimos 30 años se han ido reduciendo y afectando la
legitimidad del régimen. Además, hasta el 2022, el tercio de la población
mundial vivía bajo regímenes autoritarios y oscilan más Estados hacia este
régimen que a la democracia.
En el
siguiente tópico, se comenzaron a abordar acerca de los contextos donde es más
crítica la situación de la democracia y dónde se va más afectada la legitimidad
del derecho internacional. En esa línea, se resaltó que en Asia Central, Europa
Oriental y ciertos países del Asia Pacífico y América Latina, se ven reflejados
mayores ataques hacia el Estado de Derecho. Prueba de esto se observa en
ataques a los organismos electorales, hacia tribunales constitucionales, contra
los medios de comunicación y, en general, hacia las principales instituciones
del Estado, lo que termina mermando la confianza hacia ellas.
Además, la
falta de transparencia en los procesos de toma de decisiones, la ausencia de
rendición de cuentas por parte de los funcionarios públicos y, aún más, con la
desinformación que viene adquiriendo mayor peso en los escenarios políticos, la
situación se erosiona aún más. No obstante, no todo es un panorama negativo,
pues, se ha podido observar también que la democracia es resiliente. A pesar de
los desafíos y obstáculos que se presentan, el ideal democrático persiste y la
aprobación de la democracia representativa, en comparación a otros regímenes,
aún se mantiene como la de mayor preferencia.
Ahora bien,
respecto a la vinculación entre democracia y gobernanza, un caso paradigmático
fue el que se desarrolló en pleno contexto de crisis sanitaria, cuando los
mecanismos democráticos adquirieron formas innovadoras para llevarse a cabo. Un
ejemplo de ello fueron el desarrollo de elecciones o los movimientos sociales a
favor del cambio climático y contra las desigualdades, que fueron en aumento
cada vez más, lo que lleva a señalar que aún en contextos adversos, las
personas se unen entre ellas para hacer escuchar sus opiniones, exigiendo
regímenes que respeten este derecho y donde tengan la facilidad de poder incidir
en las decisiones del gobierno.
Finalmente,
respecto a las consideraciones del derecho internacional en la sociedad
contemporánea, se puede observar ciertos obstáculos que limitan su accionar
pero no lo sitúan en un panorama de decadencia. Todo lo contrario, el derecho
internacional se encuentra más vigente que antes, pues son mayores los Estados
que se obligan voluntariamente a las regulaciones que ofrece este marco
normativo, lo que permite afianzar las relaciones multilaterales entre los
Estados. Incluso en el caso del conflicto armado que se viene desarrollando en
estos momentos entre Ucrania y Rusia, se ha podido constatar como un hilo de
países han condenado las acciones violentas y las violaciones a los derechos
humanos en el marco de un respeto hacia el derecho internacional.